Disminución de la severidad y letalidad del COVID-19 durante 2 años de pandemia

En julio se publicó este trabajo, aún pre-print de Marziano y col, donde evaluaron según un modelo matemático, datos epidemiológicos y microbiológicos de las variantes, proporcionando estimaciones de los cambios en los índices de detección de infecciones, las tasas de ataque de infecciones, la susceptibilidad de la población a la infección y la probabilidad de resultados adversos debido a la infección por SARS-CoV-2.

Consideraron 5 fases u olas durante los 2 años, desde la fase 1 correspondiente a la ola original o Wuhan hasta la fase 5 correspondiente a la variante Ómicron.

Encontraron que durante la fase 1 (Ancestral o Wuhan) la probabilidad de hospitalización por la infección fue del 5,4%. La probabilidad de llegar a UCI fue del 0,6% y de fallecer del 2,2%.

En la fase 5 (Ómicron), el riesgo de hospitalización, ingreso a UCI y fallecer disminuyó en un 95,1%, 97,3% y 97,5% respectivamente.

Respecto a las tasas de ataque del virus (determina cantidad de infecciones), durante la fase 1 fueron del 2,8%, es decir el 2,8% de la población italiana se infectó. La fase 2 tuvo una tasa de ataque del 11,4%, la fase 3 (Alfa) 10,1%, fase 4 (Delta) tuvo una tasa de ataque del 17,3% y finalmente la fase 5 (Ómicron) tuvo una tasa de ataque del 51,1%. Por lo tanto, más de la mitad de la población italiana estaba infectada con Ómicron.

En la imagen a se puede observar, entre otras cosas, que durante la fase 1 (ancestral) la cantidad de pacientes susceptibles de ser infectados (barra horizontal gris claro) era muy alta, cercana al 97,5%, la cual fue disminuyendo en la medida que pasaban nuevas olas. Durante la fase 5, se observa que una gran parte de la población está protegida por la infección natural dada por la variante Ómicron (celeste claro). Además, existe un grupo protegido por el refuerzo vacunal, sin embargo, también existe otro grupo vacunado que es susceptible de infectarse (gris oscuro), esto debido a la disminución de la efectividad en el tiempo. Para fines de febrero de 2022 el porcentaje susceptible de infectarse fue del 13%. Se observa también, en la figura f, la gran protección de Ómicron en los menores de 19 años, y en especial en el grupo de menos de 10 años, con escasa vacunación.

En relación a la gravedad según las distintas olas epidemiológicas, tanto la probabilidad de hospitalización (a), ingreso a UCI (b) y muerte (c) fueron disminuyendo notoriamente, sobre todo luego de la ola Delta, siendo mínima durante la ola o fase 5 (Ómicron), en la cual el riesgo de hospitalización, ingreso a UCI y fallecer disminuyó en un 95,1%, 97,3% y 97,5% respectivamente.

Conclusiones finales:

  • La inmunidad natural posterior a la infección (Ómicron) es ahora el factor principal que reduce la sensibilidad de la población.
  • La protección por la vacunación está disminuyendo (las personas vacunadas aun son susceptibles).
  • La intervenciones no farmacológicas (más notorias en fases iniciales de la pandemia), reducen las exposiciones repetidas a Ómicron, por lo cual no permitirían el desarrollo de inmunidad incluso a otros coronavirus.
  • Gran parte de la población se encuentra infectada e inmunizada por Ómicron (tasa de ataque 51,1%)
  • Las probabilidades de tener complicaciones graves que involucren hospitalización, ingreso a UCI y muerte son muy bajas en la ola Ómicron, independientemente del estado vacunal.

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